Privados de libertad acrecientan volumen de producción en granja Ko’ê Pyahu

Unas 33 personas privadas de semi libertad trabajan arduamente en ampliar la producción de hortalizas, plantas ornamentales, cerdos, pollitos, peces y otros emprendimientos en la granja Ko’ê Pyahu.

Granja penitenciaria Ko'ê Pyahu acrecienta volumen de producción
Granja penitenciaria Ko’ê Pyahu acrecienta volumen de producción. Foto: MJ

Los internos producen su propio alimento, donan y también venden al menudeo como labores del programa de reinserción social del Ministerio de Justicia.

Tomate perita, tomate cherri, perejil, cebollita en hoja, orégano y otras especies se pueden encontrar en la huerta que funciona intramuros. La lechuga prodiga cantidad suficiente para el autoconsumo y la venta a funcionarios de la aledaña Unidad Penitenciaria Industrial Esperanza y de la misma granja, así también para las visitas.

Mientras que la chacra cobra protagonismo con mandioca, maíz, batata, zapallo, calabaza amarilla, melón y sandía con destino de autoconsumo de los internos. También hay actividad de lombricultura aparejadamente para el abono orgánico.

Igualmente, promueven la cría y el engorde de cerdos en porquerizas, que albergan hoy a 18 animales, de los cuales 10 son adultos y ocho son lechones. El consumo interno y la producción no se detienen, ya que cuatro hembras preñadas aseguran el crecimiento de este producto.

Igualmente, promueven la cría y el engorde de cerdos en porquerizas
Igualmente, promueven la cría y el engorde de cerdos en porquerizas. Foto: MJ

En cuanto a la incubación de huevos, desde la institución destacaron que se trata de otro renglón ponderable con la producción de distintas especies. Hay huevos de gallinas ponedoras caseras que, con parámetros ambientales, humedad y rotación óptima, completan el desarrollo en su interior con el nacimiento de 70 pollitos al mes.

Para la cría de pollos parrilleros, se adquieren pollitos bebés de una casa comercial y al cabo de 42 días se procede a la faena, posteriormente la venta se da a las visitas, funcionarios de la granja y de la UPIE.

Asimismo, indicaron que muy por encima del precio de las aves de corral comunes, la cría de aves de exhibición, como araucana, brahma y japonesa, es estimada en el predio por la valoración de conservación de animales patrimoniales y raros, amenazados en desaparecer.

Más de 30 personas privadas de su libertad trabajan en ampliar la producción
Más de 30 personas privadas de su libertad trabajan en ampliar la producción. Foto: MJ

Actualmente, la producción de huevos de codorniz es una de las más rentables. Unas 300 aves son capaces de llenar los blísters con 240 huevos frescos por día, envases que son comercializados a 15 mil guaraníes entre funcionarios, familiares y vecinos que se acercan a comprar a la granja. 

Este ramo es uno de los más atractivos y va en ascenso como negocio por el poco capital de inversión requerido y el margen de utilidad alcanzado en breve plazo.

Por otra parte, se resalta la cría de tilapia, que se convirtió en otra forma de vida y sustento para los internos. Decenas de ejemplares de tilapia asoman en los espejos de agua de las piscinas.

La producción envasada artesanalmente proyecta ampliación con la construcción de una nueva pileta; inclusive, se estaría incorporando la especie de pacú con buen manejo.

Así también, la actividad de servicio recae en la donación de hojas secas de moringa producidas para personas vulnerables y para una farmacia cercana al penal a fin de elaborar remedios caseros.

En pleno corazón del barrio Tacumbú, en la granja Ko’e Pyahú solo pueden acceder algunos internos por su capacidad de albergue. Es así que la lista de espera sigue creciendo para experimentar el encierro con sensación de libertad y gozar de transitorias los fines de semana.

La diversidad de todas las actividades toma parte del Modelo Nacional de Rehabilitación y Reinserción Social de la cartera de Justicia y son coordinadas por la asesoría técnica de José Jacquet en este “paraíso” a donde todos quieren ir.

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