Martha, primera paciente no terminal que recibirá la eutanasia en Colombia

Luego de que el pasado mes de julio la Corte Constitucional ampliara el derecho a la muerte para pacientes no terminales, Martha Sepúlveda será la primera persona en Colombia que recibirá la eutanasia.

La paciente de 51 años padece de una esclerosis lateral amiotrófica. La enfermedad, entre muchas otras consecuencias y dolores indescriptibles, le quitó la posibilidad de caminar y desplazarse por sí misma.

El próximo domingo será el último día de vida de la mujer, quien afirmó que se siente en paz. “Estoy más tranquila desde que recibí la autorización de la eutanasia, me río más y duermo mejor. Soy una mujer con suerte”, expresó en una entrevista exclusiva para Noticias Caracol.

Contra su felicidad contrasta la opinión de la comunidad religiosa a la cual pertenece Sepúlveda, pues esta dicta en sus principios que tan solo Dios es dueño de la vida y, por esa razón, es que a pesar de haber sido una persona católica durante toda su vida, no podrá recibir los santos óleos.

Por el contrario, nada parece empañar la alegría con la cual Martha enfrenta el proceso. En los últimos días se dedicó a compartir en familia, a disfrutar de buena y comida, como también ultimar los detalles en todo lo que quiere dejar organizado.

“Si es desde el plano espiritual, yo estoy totalmente tranquila. Soy una persona católica, me considero muy creyente de Dios, pero, repito, Dios no me quiere ver sufrir a mí y yo creo que a nadie. Ningún padre quiere ver sufrir a sus hijos”, mencionó la antioqueña.

Al ser consultada sobre su madre, que aún vive, Martha indicó que fue lo más difícil de todo el proceso, pues le resultó muy complicado entender que su hija decidió morir al no encontrar razón en continuar viviendo con dolores insoportables.

Mientras que Federico, el hijo de 22 años de Martha, ha sabido llevar la situación de la mejor manera. A pesar de admitir que será difícil dejar de compartir junto a su madre, afirmó que ha sido mucho más duro verla padecer por la esclerosis lateral amiotrófica.

“Yo lo vi cómo el acto de amor más grande que he hecho nunca en mi vida, porque a priori yo necesito a mi mamá, la quiero conmigo, casi que en cualquier condición, pero sé que en sus palabras ya no vive, sobrevive. Ahora estoy enfocado en hacerla feliz, en hacerla reír, en recochar un poco y en que su estancia en la Tierra, lo que le queda, sea un poco más amena”, finalizó Federico. 

Fuente: Infobae

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